Llamados así porque los antiguos
establecían con el oro la similitud de todo bello y sin defectos.
También llamados “versos áureos” comprenden setenta y una líneas de
exhortaciones morales en hexámetro dactílico (tipo de verso de la poesía griega
y latina).
Son atribuidos a Pitágoras
(Grecia, 569 a.C – Metaponto, 475 a. C, filósofo, matemátco y fundador de la
escuela filosófica y religiosa en Cratona), aunque se dice que pertenecen a un
discípulo suyo, Lisis de Tarento (¿? – 390 a.C, filósofo griego), que trascribió
todo lo que su maestro hablaba, aunque otros indican que es obra de varios
filósofos ya que la escuela pitagórica era una secta formada por astrólogos,
músicos, matemáticos y filósofos
Existía una ley que ordenaba leer
estos versos al levantarse y al acostarse
Aunque no hay fecha exacta se
datan antes del S. V d. C.
Es un texto breve y único de
incalculable valor, ya que indica un camino práctico hacia la sabiduría divina
Los versos son los siguientes:
PREPARACIÓN
Rinde a los dioses inmortales el culto consagrado
y guarda tu fe. Reverencia la memoria
de los héroes bienhechores, de los espíritus semidioses
PURIFICACIÓN
Sé buen hijo, hermano justiciero, esposo tierno y buen padre
Escoge por amigo al amigo de la virtud
Cede a sus buenos consejos, que su vida te instruya,
y por un pequeño agravio no lo abandones jamás .
Si tú lo puedes a lo menos, pues una ley severa
junta el Poder con la Necesidad
te es dado empero combatir y vencer
tus locas pasiones; aprende a domarlas
Sé sobrio, activo y casto; evita la cólera.
En público, en privado, no te permitas jamás
algo malo, y sobre todo respétate a ti mismo.
No hables y no obres sin haber reflexionado.
Sé justo.
Recuerda que un poder invencible
ordena morir; que los bienes, los honores
fácilmente adquiridos se pierden fácilmente.
En cuanto a los males que consigo lleva el destino
tómalos por lo que son: sopórtales y trata
en cuanto puedas de suavizar sus golpes
Los dioses no han entregado los sabios a los más crueles
Tanto como la verdad, el error tiene sus amantes.
El filósofo aprueba o censura con prudencia
y si el error triunfa, se aleja, espera
Escucha y graba bien en tu corazón mis palabras
Cierra el ojo y la oreja a la prevención.
Teme el ejemplo ajeno, piensa después por ti mismo
Consulta, delibera y escoge libremente
Deja los locos obrar sin finalidad y sin causa
Debes en el presente contemplar el porvenir.
Lo que tu no sabes no pretendas hacerlo
Estudia: todo lo consigue la constancia y el tiempo
Cuida tu salud: otorga con medida
los alimentos al cuerpo, el descanso al espíritu.
Muchos cuidados o demasiado pocos debe evitarse, pues la envidia
se une igualmente a uno y otro extremo.
El lujo y la avaricia tienen parecidas consecuencias
Se debe elegir en todo un medio justo y bueno
PERFECCIÓN
Que jamás el sueño cierre tus párpados
sin que te hayas preguntado: ¿qué cosa he omitido? ¿qué hice yo?
Si es malo, déjalo. Si es bueno, persevera.
Medita mis consejos; ámalos, síguelos todos.
A las divinas virtudes te podrán conducir
Lo juro por aquel que grabó en nuestros corazones
la Tétrada Sagrada, inmenso y puro símbolo
fuente de la naturaleza y modelo de los dioses
Pero ante todo, que tu alma, fiel a su deber
invoque con fervor estos dioses, cuya ayuda
sólo puede concluir las obras que comenzaste
Instruido por ellos, nada entonces te engañará.
De los diferentes seres escrutarás la esencia.
De todo conocerás en principio y el fin.
Si el cielo lo quiere sabrás que la naturaleza,
semejante en todas las cosas, es la misma en todo lugar
de suerte que, ilustrado sobre tus verdaderos derechos
tu corazón ya no se saciará con vanos deseos.
Tú verás que los males que agobian a los hombres
son el fruto de su elección, y que estos desdichados
buscan lejos de ellos los bienes cuyas fuentes llevan.
Pocos saben ser felices: juguetes de las pasiones,
alternativamente sacudidos por olas contrarias,
sobre un mar sin orillas, ruedan, cegados,
sin poder resistir ni ceder al huracán.
¡Dios! Los salvaríais quitándoles sus ilusiones...
mas no; es de los humanos cuya razón es divina
discernir el error, de ver la verdad
La naturaleza les sirve. Tú que la comprendiste
hombre sabio, hombre feliz, respira en el puerto.
Pero observa mis leyes, absteniéndote de las cosas
que tu alma debe temer, distinguiéndolas bien.
Dejando la inteligencia reinar sobre el cuerpo
a fin de que, elevándote en el radiante Éter
en el seno de los inmortales, tú mismo seas un Dios.
Rinde a los dioses inmortales el culto consagrado
y guarda tu fe. Reverencia la memoria
de los héroes bienhechores, de los espíritus semidioses
PURIFICACIÓN
Sé buen hijo, hermano justiciero, esposo tierno y buen padre
Escoge por amigo al amigo de la virtud
Cede a sus buenos consejos, que su vida te instruya,
y por un pequeño agravio no lo abandones jamás .
Si tú lo puedes a lo menos, pues una ley severa
junta el Poder con la Necesidad
te es dado empero combatir y vencer
tus locas pasiones; aprende a domarlas
Sé sobrio, activo y casto; evita la cólera.
En público, en privado, no te permitas jamás
algo malo, y sobre todo respétate a ti mismo.
No hables y no obres sin haber reflexionado.
Sé justo.
Recuerda que un poder invencible
ordena morir; que los bienes, los honores
fácilmente adquiridos se pierden fácilmente.
En cuanto a los males que consigo lleva el destino
tómalos por lo que son: sopórtales y trata
en cuanto puedas de suavizar sus golpes
Los dioses no han entregado los sabios a los más crueles
Tanto como la verdad, el error tiene sus amantes.
El filósofo aprueba o censura con prudencia
y si el error triunfa, se aleja, espera
Escucha y graba bien en tu corazón mis palabras
Cierra el ojo y la oreja a la prevención.
Teme el ejemplo ajeno, piensa después por ti mismo
Consulta, delibera y escoge libremente
Deja los locos obrar sin finalidad y sin causa
Debes en el presente contemplar el porvenir.
Lo que tu no sabes no pretendas hacerlo
Estudia: todo lo consigue la constancia y el tiempo
Cuida tu salud: otorga con medida
los alimentos al cuerpo, el descanso al espíritu.
Muchos cuidados o demasiado pocos debe evitarse, pues la envidia
se une igualmente a uno y otro extremo.
El lujo y la avaricia tienen parecidas consecuencias
Se debe elegir en todo un medio justo y bueno
PERFECCIÓN
Que jamás el sueño cierre tus párpados
sin que te hayas preguntado: ¿qué cosa he omitido? ¿qué hice yo?
Si es malo, déjalo. Si es bueno, persevera.
Medita mis consejos; ámalos, síguelos todos.
A las divinas virtudes te podrán conducir
Lo juro por aquel que grabó en nuestros corazones
la Tétrada Sagrada, inmenso y puro símbolo
fuente de la naturaleza y modelo de los dioses
Pero ante todo, que tu alma, fiel a su deber
invoque con fervor estos dioses, cuya ayuda
sólo puede concluir las obras que comenzaste
Instruido por ellos, nada entonces te engañará.
De los diferentes seres escrutarás la esencia.
De todo conocerás en principio y el fin.
Si el cielo lo quiere sabrás que la naturaleza,
semejante en todas las cosas, es la misma en todo lugar
de suerte que, ilustrado sobre tus verdaderos derechos
tu corazón ya no se saciará con vanos deseos.
Tú verás que los males que agobian a los hombres
son el fruto de su elección, y que estos desdichados
buscan lejos de ellos los bienes cuyas fuentes llevan.
Pocos saben ser felices: juguetes de las pasiones,
alternativamente sacudidos por olas contrarias,
sobre un mar sin orillas, ruedan, cegados,
sin poder resistir ni ceder al huracán.
¡Dios! Los salvaríais quitándoles sus ilusiones...
mas no; es de los humanos cuya razón es divina
discernir el error, de ver la verdad
La naturaleza les sirve. Tú que la comprendiste
hombre sabio, hombre feliz, respira en el puerto.
Pero observa mis leyes, absteniéndote de las cosas
que tu alma debe temer, distinguiéndolas bien.
Dejando la inteligencia reinar sobre el cuerpo
a fin de que, elevándote en el radiante Éter
en el seno de los inmortales, tú mismo seas un Dios.
1. Honrar
a los Dioses
2. Cumplir
tu palabra a juramentos
3. Respetar
al prójimo
4. Honrar
a tu familia
5. Elegir
a amigos virtuosos y no alejarse de ellos
6. Actuar
con respeto, raciocinio y justicia hacia los demás y hacia ti mismo
7. Aceptar
lo que depara el destino
8. Ser
paciente contra la falsedad y el cambio de
pensar de los demás
9. Aprender
todo lo necesario
10. Llevar
una vida saludable de mente y cuerpo
11. Alejarse
de los excesos, la avaricia, la envidia, la desarmonía
12. Recriminarse
de los errores y alegrarse de los aciertos
13. Dejarse
orientar por la comprensión de los dioses para que cuando abandones tu cuerpo
físico seas divino, mortal, incorruptible y la muerte no tenga poder sobre ti
Estos mensajes se mantienen, a día
de hoy, y se mantendrán a lo largo de las generaciones venideras
- Asociación Geofilosófica de Estudios Antropológicos y Culturales recogido de http://ageac.org/noticias/pitagoras-y-los-versos-de-oro/
- Vida de Pitágoras en audio obtenido de http://www.ivoox.com/vida-pitagoras-audios-mp3_rf_242036_1.HTML

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